El licopeno es un carotenoide presente en la sangre humana y en la piel y el hígado, las glándulas suprarrenales, los pulmones, la próstata y el colon. Numerosos estudios correlacionan el alto consumo de alimentos que contienen licopeno o niveles altos de suero de licopeno con una menor incidencia de cáncer, enfermedades cardiovasculares y degeneración macular.
Los seres humanos obtienen el licopeno en la dieta principalmente a partir de tomates y productos a base de tomates. El licopeno también se encuentra en los albaricoques (albaricoques), pomelo rosado (toronja rosa), guayaba, jugo de guayaba, puré de rosa mosqueta (rosa mosqueta o tapaculo), aceite de palma y sandía. Los suplementos de licopeno se han vuelto muy populares recientemente debido a sus supuestas propiedades antioxidantes.
En un estudio realizado en Finlandia, los investigadores analizaron los datos de 1.031 hombres de 46 a 65 años de edad, del estudio Kuopio de Factores de riesgo para cardiopatía isquémica. Se midieron los niveles en sangre de varios carotenoides y se evaluó su posible asociación con el riesgo de accidente cerebrovascular.
Durante un período de seguimiento medio de 12,1 años, se identificaron 67 derrames. Los investigadores encontraron que los hombres con las concentraciones más altas de licopeno en la sangre tenían un riesgo 59 por ciento menor de accidente cerebrovascular isquémico y 55 menos de cualquier tipo de accidente cerebrovascular, en comparación con aquellos con las concentraciones más bajas. Las concentraciones de otros carotenoides, ni siquiera de retinol, se asociaron significativamente con el riesgo de accidente cerebrovascular.
Los investigadores concluyeron que aumentar la ingesta de licopeno podría reducir el riesgo de accidente cerebrovascular en los hombres. Se necesita investigación adicional para evaluar estos hallazgos.
Además del licopeno, se han estudiado muchas otras terapias integradoras por su potencial para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Varios estudios en grandes poblaciones han examinado los efectos de la ingesta de ácidos grasos omega-3 en el riesgo de accidente cerebrovascular. Algunos estudios sugieren beneficios, mientras que otros no lo hacen. De manera similar, los estudios que han medido la asociación entre la ingesta de vitamina C y el riesgo de accidente cerebrovascular han producido resultados variables. Algunos estudios no han detectado ningún beneficio, mientras que otros informan que una dosis diaria baja de vitamina C podría reducir el riesgo de muerte por accidente cerebrovascular.
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